Urge construcción “verde” y buen manejo a residuos de obras: CIGA

Tijuana sin sitios adecuados para desechos de edificaciones y obra pública

Tijuana.- En Tijuana no sólo urgen regulaciones que promuevan la construcción verde y el buen manejo de los residuos que esta industria genera, sino que el gobierno debe poner el ejemplo, pues gran parte de los residuos que vemos tirados en camellones, lotes baldíos y arroyos son residuos de obra pública.

Así lo consideró el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), recordando que la construcción genera residuos que demandan un manejo y acopio con posibilidades de reciclaje, residuos que la ley llama “de manejo especial” y son competencia del Gobierno Estatal, así que no deben quedar en la vía pública.

“Desagraciadamente Tijuana no tiene lugares adecuados para estos residuos clasificados como de manejo especial, los cuales, son competencia del Gobierno Estatal; es evidente, los vemos tirados en camellones, lotes baldíos, arroyos y de plano en la calle y lo más curioso y contradictorio es que muchos son originados de la obra pública”, comentó.

Si se hiciera una inspección ambiental, agregó, a la CESPT, al Gobierno Municipal y a los muchos edificios que están en obra o remodelación, seguro no podrían acreditar el destino adecuado de los residuos de manejo especial generados por su actividad, esto es una tarea pendiente del Gobierno Estatal, a través de la Secretaría de Protección al Ambiente (SPA).

“Otra área no atendida es la generación de residuos en edificios durante su operación, mantenimiento, ampliaciones y su remodelación, a veces no sólo hay residuos de manejo especial, sino también peligrosos, como aceite automotriz usado, pintura, pesticidas, agroquímicos de jardinería, lámparas ahorradoras que tienen vapor de mercurio, baterías, etcétera”, enfatizó.

Zavala Álvarez destacó que los edificios de condominios, hoteles, oficinas, campos de golf, clubes campestres, villas de descanso, están retomando el tema ambiental como una variable importante y cada vez más exigida por un consumidor informado e inteligente, quien busca patrocinar productos y servicios amigables con el medio ambiente.

“Algunos corporativos internacionales exigen a sus franquicias regulaciones ambientales más estrictas que las nacionales, caso contrario sucede con la minería, donde México ha demandado que sus prácticas empresariales sean semejantes a las de su país de origen, la diferencia es evidente: en la minería el cliente no va, no ve el sitio donde se realiza la extracción del mineral”, explicó.

José Carmelo Zavala, quien es también vicepresidente de Gestión Ambiental en la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Tijuana, destacó que también el turismo internacional está cada vez más pendiente del impacto ambiental, de la responsabilidad social empresarial que demanda su clientela.

“La construcción verde retoma la cosecha de lluvia en techos, pisos y estacionamientos permeables, como antes se hacía en calles empedradas; se impulsa el reúso de aguas residuales, la iluminación natural, los sistemas de refrigeración eficiente y, en algunos casos, el turismo ecológico o de bajo impacto; los mega desarrollos están volviendo a pensar la densidad en su oferta habitacional”, destacó.

Como salido de las películas futuristas, explicó el director del CIGA, ésas que fueron imaginadas en la literatura fantástica, el tema ambiental nos presenta oportunidades de reflexión sobre qué se queda y qué se va, qué rescatar de las “viejas” prácticas de construcción, el ejemplo de moda es la bolsa de plástico.

Una de esas bolsas de plástico, continuó, pesa 6 gramos, puede contener 3 o 4 kilos de producto y al ser gratis para el usuario, se volvió “desechable”, sus virtudes la condenaron y está sustituyéndose por la más gruesa, más cara y pesada, una que cueste al usuario para que no sea desechable.

En la construcción de edificios, opinó, pasa algo semejante porque el interés radica sobre todo en el proceso de construcción, más que en la operación o el tiempo de uso y vida útil, menos aún en el cierre o abandono, es decir, en el post consumo, lo que impide aprovechar oportunidades que brinda el propio diseño de las construcciones.

“El diseño puede permitir que se aprovechen la iluminación natural y los vientos dominantes; tampoco se toma en cuenta el origen y propiedades de los materiales, la geometría, los espacios, la modificación del paisaje”, opinó el egresado del Programa LEAD, con sede en el Colegio de México, para líderes comprometidos con el desarrollo sustentable.

El experto en gestión estratégica del desarrollo, recordó que el Gobierno de México ha lanzado una estrategia para mitigar las grandes asimetrías en los centros turísticos más grandes del país, buscando una derrama económica y mejor redistribución del bienestar a la población, que además es quien labora y sostiene el turismo.

En este sentido, finalizó José Carmelo Zavala, la capacitación del personal, del capital humano, resulta de obvio indispensable y relevante, es un paso obligado en el camino a seguir para cumplir la expectativa de un cliente cada vez más ambientalmente exigente, lo que contribuiría a consolidar una producción y consumo limpios.

 

 

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